David Bello López-Valeiras La primavera en Galicia es una época muy especial, mágica. Los días se alargan produciendo una luz única que refleja los más maravillosos colores que nos regala la naturaleza. El húmedo invierno se queda atrás y el agua, que nos surtieron las lluvias, discurre por torrentes y ríos coloreando de verde a su paso. Éste, es acompañado de brochazos de otras muchas tonalidades que empastan con infinitos matices para formar un cuadro perfecto; los castaños, los marrones, los grises de las rocas graníticas, variopintas pinceladas que apuntillan las diferentes especies de flores como un sublime aderezo… En las zonas costeras, las rías y los mares aportan un profundo azul, reflejado de un cielo, a veces, salpicado de algunas nubes que lo adornan. Y la culminación son las inenarrables puestas de sol, propiciadas por estar Galicia en el límite, en el fin de la tierra, por donde nuestra estrella se oculta apagando su brillo en la lejana línea del horizonte, aportando infinitos…
D David Bello López-Valeiras